¡Vaya desmadre que me tocó! Se supone que me salgo un poco más tarde de la casa (que es su casa) para tratar de evitar el «gentío» en el metro o en el camión y así llegar más rápido y ¡zas!, como decía un amigo, «el bolón» de gente y pues, ni hablar, me tocó subirme así.
En estos tiempos me preocupa más el contagio que otra cosa, y se los comento porque ¡ah jijo!, me tocó algún/a pedorro/a que venía haciendo de las suyas y bueno, me di cuenta que la mascarilla o cubrebocas no sirve para evitar tales situaciones, ¡me venía ahogando y casi vomitando! y pues, con la pena, me dio el ataque de tos ¡ah, pero eso si!, hice la aclaración;
— «No crean que estoy enfermo, alguien se viene cagando y apesta bien gacho» fue lo que les dije.
Algunos se rieron, otros se hicieron los ofendidos y por ahí escuché un:
— «Pues si no te gusta, vete en taxi».
Y pues, entre pedos y hediondeces llegué a mi destino.
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